Podría tomar todas mis cosas e irme muy lejos, a otra ciudad, al otro lado del
mundo, abandonando todos mis tontos recuerdos, mis tan instauradas
costumbres, mi condenada rutina y hasta mi nombre, prometiendo ser feliz ahí y
cumpliendo. Podría conocer otras cientos de personas y llevarlas hasta mi cama.
Podía intentar olvidar por completo lo que es amar, pero no podría querer
volver sentir lo mismo con alguien más, ni por un segundo de nuevo. No querría
volver a interesarme por los pensamientos de otra mente, ni volverme loca por
la felicidad de alguien más, nunca más querría aficionarme inclusive hasta lo
más recóndito del alma de alguien, no más intenciones de primeras salidas y
cientos de cafés hasta encontrar la confianza y jamás volvería a querer
desvelarme hasta el insomnio por saber de alguien. Y al otro lado del mundo él
estará tan alejado de la realidad como nunca antes, pensando que estoy
rehaciendo mi vida con alguien más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario