No me quiero casar


No quiero casarme de blanco con un vestido que represente la pureza. No quiero casarme para ser el centro de atención como una princesa salida de un cuento de Disney. No quiero casarme para demostrarle algo al mundo, no tengo nada que probar. No quiero casarme en una iglesia, nunca me gustó la misa. No quiero que haya opiniones sobre lo que debería hacer en mi casamiento. No quiero jurar amor eterno, no quiero atarme, quiero que si el amor es eterno simplemente lo sea, no hay juramento que pueda hacerlo posible. No quiero casarme con el hombre perfecto. No quiero servir comida para que los invitados vengan por eso. No quiero que me case un cura que no tenga fe sobre la unión de la que está siendo testigo y sea un ajeno desconocido. Y es que no creo que haya más personas fuera del amor de los novios que pueda entender sobre su vínculo. Quizás simplemente quiera prometerle a la persona que tenga la seguridad de que amo, en el umbral de un amanecer que ahí está nuestra vida, que sé lo bajo que puede caer una persona, pero yo seguiría con él, sin promesa de por medio que pueda ser mayor al sentimiento que nos une.


No hay comentarios: