En la tierra como en el cielo


Nunca pensé que alguien me iba a quebrar así, nunca creí que nadie iba a tener tal potestad inconsciente en mi vida,
no vi la posibilidad de que esto sucediera. De repente él gobernaba en mí, era el concepto de aquello que todos
llaman Dios. Con saber que contaba con su compañía, sin la necesidad de que fuera física, me sentía en paz.
En su abrazo encontraba tranquilidad, encontraba refugio y la felicidad necesaria. Era todo lo bueno, pero irónica y lógicamente iba de la mano de poder ser todo lo malo. Como lograba sentirme en la más elevada gloria, podía arrastrarme a lo más profundo del inframundo. Nunca pensé que alguien podría quebrarme así, era el miedo y la libertad, era el eden y el infierno, era dios, y obviamente era el diablo.

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